
El 47% de los estudiantes de la UNRN vive en la pobreza
Un nuevo informe revela la creciente presencia de estudiantes de sectores desfavorecidos en la universidad, pero alerta sobre las desigualdades persistentes en el sistema educativo.
La Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) presenta un rostro cada vez más diverso en términos socioeconómicos. Según un reciente estudio de la Oficina de Aseguramiento de la Calidad (OAC), el 47% del estudiantado proviene de hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza. Este dato refleja un avance significativo en materia de inclusión social, pero también pone de manifiesto los desafíos que persisten en el sistema educativo argentino.
El análisis de la OAC, que abarca un período de 15 años, muestra una tendencia clara hacia una mayor concentración de estudiantes en los quintiles de ingresos más bajos. Este incremento en la accesibilidad de la educación superior para sectores sociales desfavorecidos es un indicador positivo, pero no exime de la necesidad de abordar las desigualdades existentes.
Si bien la UNRN ha logrado atraer a un número creciente de estudiantes de bajos recursos, el informe destaca que persisten barreras históricas que dificultan la finalización de los estudios para este grupo. La falta de capital cultural y social, sumada a la escasez de recursos económicos, representa un obstáculo significativo.
En este sentido, la OAC subraya la importancia de implementar políticas de acompañamiento y apoyo que permitan a los estudiantes de bajos recursos superar estas dificultades. Becas, tutorías y programas de nivelación son algunas de las herramientas que pueden contribuir a mejorar sus posibilidades de éxito académico.

La creciente presencia de estudiantes de bajos ingresos en la UNRN es una muestra del compromiso de la universidad con la inclusión social. Sin embargo, es fundamental reconocer que este logro no es suficiente. Para garantizar una educación superior de calidad y equitativa, es necesario seguir trabajando en la reducción de las desigualdades y en la creación de condiciones que permitan a todos los estudiantes alcanzar su máximo potencial.
En este contexto, el Estado tiene un rol fundamental que desempeñar. Aumentar la inversión en educación superior, fortalecer las políticas de inclusión y promover la equidad son acciones clave para construir un futuro más justo y equitativo para todos.